El miércoles 10 de diciembre asistimos a la Eucaristía para celebrar el Adviento y la Solemnidad de la Inmaculada Concepción como momentos significativos en la liturgia cristiana. La Eucaristía invita a los fieles a vivir con alegría el Adviento, preparando su corazón para la Navidad; y la Solemnidad de la Inmaculada, es un tiempo de espera y preparación a la venida del Salvador, vinculada a la Inmaculada Virgen como modelo de esperanza y tipo de la Iglesia.
No celebramos un momento más del calendario, sino un tiempo especial de espera y de esperanza en el que nos preparamos para el nacimiento de Dios.



